Las intervenciones para la alopecia, como por ejemplo los trasplantes, son cada vez más frecuentes. Hombres y mujeres cuidan mucho más su imagen y el cabello o incluso la barba, son partes fundamentales de esta imagen. Por eso, cuando se produce un problema de pérdida de pelo, muchas personas acuden a donde hay que ir, a un Dermatologo Vigo para recibir un diagnóstico y a continuación el mejor tratamiento.
Pero actualmente, está de moda ir a realizar implantes de cabello a países como Turquía, ofreciéndose paquetes que incluyen visitas turísticas e intervención por un precio muy bajo. Sin embargo, son muchas las razones para evitar esto y confiar en un profesional de nuestro país. Entre todas las razones, vamos a subrayar las tres más importantes y que por sí solas son suficientes para tomar una decisión.
1- Tendrás absoluta seguridad sobre los profesionales que te atienden. En España la legislación es muy exigente y para poder ejercer como médico especialista hay que tener necesariamente una titulación en regla. Las clínicas, incluso las privadas, pasan controles muy exigentes y por todos estos motivos cualquier paciente que acuda a una clínica privada para un trasplante de pelo, o para un tratamiento para la alopecia, sabrá que cuenta con todas las garantías.
2- El seguimiento será tan largo como sea necesario. Una vez que se realice un tratamiento o una intervención en España, se realizará un seguimiento al paciente y este será tan largo como sea necesario, con las consultas presenciales que haya que realizar para que todo salga como es debido. Si el paciente tiene dudas, solo tendrá que llamar a la clínica para que le repitan las instrucciones y siempre le van a dar la información en español, por lo que no habrá lugar a malas interpretaciones.
3- Si hay complicaciones, contarás con atención presencial inmediata. Cuando alguien se realiza una intervención en otro país y surge una complicación, se encontrará con que el médico, en el mejor de los casos, podrá atenderlo vía online. Esto no va a ser suficiente en el caso de que el problema sea grave, por lo que se vería obligado o bien a volver a viajar o bien a tratarse en una clínica española abonando una nueva factura. Además, el médico que lo vea no será el mismo que lo haya intervenido, lo que complicará enormemente su trabajo.