6 clases de toldos disponibles en el mercado

Protegen el mobiliario, agregan privacidad y salvaguardan del viento y la lluvia: los toldos son un accesorio indispensable durante los doce meses del calendario, ya sea en viviendas, comercios o edificios públicos. De ahí que la instalación de toldos en Porriño, Santander, Llanes, Sevilla y otros grandes y pequeños municipios españoles goce de una demanda constante durante todo el año.

 

El mercado de los toldos puede clasificarse en diversos tipos en función de su diseño. Los de brazo extensible son los más comunes, por la presencia de un brazo articulado que permite extender y retraer su lona.

 

El toldo monoblock se caracteriza por sus mayores dimensiones en comparación con el anterior, pese a presentar rasgos análogos, como el brazo extensible para contraer y replegar la lona. Su instalación ofrece una mayor robustez, con una superficie de sombra superior al anterior modelo.

 

Por su parte, el toldo cofre dispone igualmente de un brazo extensible para el despliegue y repliegue de su lona, pero su diseño está pensado para preservar la lona de la acción del viento, los rayos solares, la contaminación ambiental, alargando así su vida útil. Las viviendas en climas con altas precipitaciones o alta exposición al sol ‘agradecen’ este tipo de toldo. Similar a este es el toldo veranda, dotado de perfilería metálica del acristalamiento y equipado con un motor que facilita su funcionamiento.

 

Los toldos de punto recto o de balcón cuentan con un diseño provisto de dos brazos situados en los flancos de la lona, diseño que los hacen idóneos para las ventanas y balcones. La posición de su lona puede permanecer en sentido vertical, con lo que proporciona un cerramiento máximo y favorece la protección contra las inclemencias climáticas.

 

Otra de las clases de toldo más extendidos es el corredero o palillero, especialmente popular en pérgolas de aluminio, terrazas y balcones de grandes dimensiones.