Organiza tu tocador para que todo esté perfecto

Un tocador es un espacio maravilloso en el que podemos arreglarnos cada mañana o cuando tenemos una ocasión especial. Pero, con frecuencia, acaba lleno de cosas y tan revuelto que se hace complicado encontrar lo que nos apetece en cada momento. Por eso, os vamos a ayudar con algunos tips para que esté perfectamente organizado y arreglarse sea más rápido y también más placentero.

Compra un joyero para pendientes. Si piensas en todo el tiempo que pierdes cuando tratas de encontrar la pareja de un pendiente verás que compensa dedicar un par de horas a organizar todos los pendientes en un joyero y, a partir de entonces, colocarlos cada día allí cuando te los quites. El orden llama al orden y si tu tocador está recogido y bien, no te apetecerá dejar las cosas fuera de su lugar. Los pendientes bien necesitan un joyero para ellos solos porque suelen ser las piezas más numerosas de joyería y bisutería. El resto puedes guardarlas en otro joyero que contenga pulseras, cadenas y anillos.

Organizar el maquillaje puede ser lo más complicado de un tocador. Pero por suerte hay muchos contenedores con diferentes espacios para que haya un hueco para cada cosa. Si eres de las que tienes muchos productos, puedes colocar en un cajón diferentes organizadores para tenerlo todo separado. Hay bandejas especiales para las paletas de sombras de ojos y polvos faciales que te permitan tenerlas todas en un pequeño espacio y a la vista. Y separadores en los que poder colocar aquellas cajitas de menor tamaño que no pueden ir en el organizador.

Para las barras de labios hay organizadores en torre que te permiten colocar las barras en diferentes filas de modo que veas el color de cada una. Son muy prácticos y ocuparán solo un pequeño espacio sobre tu tocador. Puedes comprar a juego, una caja para organizar las brochas y tenerlas así también a mano. Pero también hay organizadores planos para barras de labios y lo mismo para tus pinturas de uñas.

Con estos trucos, solo con abrir el cajón verás todos tus productos perfectamente organizados y podrás elegir lo que necesitas de un solo vistazo. Y puedes tener un segundo cajón para tus joyas y bisutería, de modo que también estén a mano. Arreglarte será mucho más rápido y más agradable y tu tocador se verá precioso y ordenado.

Gucci, alta relojería italiana con movimiento suizo

El apellido Gucci está ligado a las palabras ‘lujo’, ‘distinción’ y, por supuesto, ‘alta relojería’. La marca italiana comenzó su andadura en el sector textil con una pequeña boutique en 1921, expandiéndose rápidamente hacia nuevos mercados, como el relojero, donde apostaría por combinar las líneas de diseño florentinas con la fiabilidad y precisión del movimiento suizo. Como resultado, hoy la demanda de Distribuidor Relojes Gucci en Vigo, Valencia, Madrid, Barcelona, etcétera, es máxima en las principales joyerías y cadenas de moda.

 

La aventura relojera de Gucci comenzó en 1972, cuando la firma italiana estableció su taller en uno de los epicentros de este mercado, la ciudad suiza de La Chaux-de-Fonds, donde la artesanía florentina entró en contacto con algunos de los mejores relojeros del mundo.

 

De este modo, las futuras colecciones de relojes de Gucci —GG2570, Gucci Dive, 25H, G-Chrono, G-Timeless, G-Frame, etc.— serían el resultado de una fusión de artistas de diversas procedencias. En concreto, las esferas y adornos de las unidades se realizaban en la Fabbrica Quadranti de Gucci en Besazio, mientras que el mecanismo y montaje de los diamantes se efectuaba en La Chaux-de-Fonds.

 

Esta mezcla dio como resultado relojes tan aclamados como el Model 2000 del año 1974, que logró superar el millón de ventas en apenas 24 meses. Esta hazaña permitió a Gucci editar una página del libro Guinness World Records. El Model 2000 es, como otros tantos relojes con el sello Gucci, una mezcla de belleza y perfección mecánica.

Una parte del éxito de Gucci en este sector debe atribuirse al uso de materiales exóticos y de altísimo standing, una característica que brilla por su ausencia en fabricantes como Casio, pese a su notoriedad. Algunos de estos materiales son el cristal de zafiro, la piel de cocodrilo o los diamantes, sobre un movimiento de cuarzo suizo. Pese a lo anterior, Gucci no encabeza el ranking de marcas relojeras más caras del mundo (ese privilegio corresponde a la firma ginebresa Patek Philippe).

Así son los orígenes de las pulseras: de Mesopotamia y Grecia hasta el Imperio Sirio

La Real Academia de la Lengua Española define la pulsera como un «cerco de metal o de otra materia que se lleva en la muñeca para adorno o para otros fines». Sin embargo, esta joya demuestra ser mucho más si repasamos sus orígenes remotos, mucho antes de que las pulseras Roberto Demeglio y otras firmas de renombre irrumpieron en el sector joyero.

 

Se estima que las primeras pulseras, o piezas de artesanía susceptibles de recibir este nombre, fueron elaboradas hacia el 1.700 años y el 1.100 antes de Cristo. Eran utilizadas por la ‘realeza’ del momento como un ornamento que les distinguía del resto de la sociedad. Con anterioridad a esta fecha, se han descubierto brazaletes de hueso que demuestran la larga historia de este adorno.

 

El uso de pulseras o brazaletes como indicadores de distinción social se puso de relieve entre las mujeres de las antiguas Mesopotamia y Grecia, cuyas sociedades empleaban abundantes abalorios circulares (anillos, aretes, etcétera). Los varones, en un principio, no utilizaban pulseras metálicas, sino brazaletes de cuero que adornaban al atuendo militar. Sin embargo, estos evolucionaron hacia los modernos brazaletes y pulseras de metales y piedras preciosas.

 

Con el boom de la egiptología, un sinnúmero de pulseras de faraones antiguos salieron a la luz, poniendo de manifiesto que este tipo de joyas eran comunes entre los pueblos del Nilo. Ya en esta época pueden rastrearse las típicas pulseras abiertas con grabados y talladas con motivos animales y vegetales, adornos que, por otra parte, también están presentes en culturas tan remotas como la Fenicia de Asia Menor.

 

Del Imperio Antiguo Asirio, cuyos orígenes se retrotraen el 2.000 antes de Cristo, se conservan verdaderas obras de arte en forma de pulseras, con un estilo y acabados que eran reflejo de la cultura reinante. Sin lugar a dudas, una historia apasionante para un adorno que jamás pasará de moda.