4 excursiones baratas que te harán pasar un día entretenido

¿Buscas algo que hacer en la zona de Vigo? Si vives en Vigo o estás de vacaciones, te ofrecemos cuatro planes baratos para disfrutar de un día entretenido tanto en pareja como en familia.

  1. La imprescindible excursión a las Cíes. Si estás en Vigo y no vas a las Cíes no sabes lo que te estás perdiendo. Si la pregunta es cuanto cuesta ir a las islas cies desde vigo la respuesta es que poco más de 20 euros, por lo que no es un plan caro. Si vas a ir con la familia, puedes ahorrar llevando bocadillos y así no habrá gastos adicionales.
  2. Visita Ons. Otra opción perfecta para pasar un día diferente en familia o en pareja. Incluso puedes ir con amigos ya que en Ons hay varios restaurantes muy conocidos por sus excelentes platos, siendo un plan perfecto para ir con amigos, dar un paseo por la isla, relajarse con un chapuzón si el tiempo a compaña y, por último, comer en uno de estos locales en los que todo te va a saber a gloria.
  3. Combarro, un pueblo de postal a solo un paso. Famoso por sus hórreos, cientos de visitantes acuden a dar un paseo por sus calles cada día del verano. Es aconsejable ir temprano si se quiere recorrer con calma y sacar las mejores fotos. Así, cuando llegue el grueso de la gente, mientras ellos recorren las calles se puede disfrutar del aperitivo en una terraza al lado del mar. Una visita que todos vais a disfrutar y de la que podéis obtener fantásticas imágenes de recuerdo. Podéis combinar esta escapada con una comida y paseo por Pontevedra.
  4. Playa… la que más te guste. Por ahora, nadie nos cobra por ir a la playa. Así que más barato imposible y encima Vigo está a un paso de las mejores playas de Galicia. Puedes elegir si quieres una gran playa de arenas doradas, si prefieres una pequeña cala más íntima e incluso si quieres playa nudista o no. Las hay con muchos servicios alrededor, como parkings, bares y aparcamientos y también las hay alejadas de todo. En prácticamente todas encontrarás gente pero las hay muy tranquilas en las que los niños podrán correr y jugar sin problema en un plan que siempre apetece en verano y que está al alcance de todos los bolsillos.

Rutas marítimas más demandadas en Galicia

Galicia es la comunidad autónoma con más kilómetros de litoral del territorio español, lo que explica por qué las experiencias de turismo marítimo sean tan exitosas entre sus visitantes. Uno de los ejemplos más representativos es la travesía en barco cangas vigo, ampliamente ofertada por diversas navieras cuyas rutas conectan esta villa marinera con el Puerto de Vigo.

Más allá de los enclaves turísticos de Cangas de Morrazo, el visitante puede sentirse llamado por los municipios de O Grove, A Toxa o Cambados, fácilmente visitables en uno de los muchos catamaranes que recorren la ría de Arousa, la más extensa de esta CC.AA. Sin duda, es una oportunidad adecuada para explorar las Torres de Oeste y otras reliquias patrimoniales.

Los destinos isleños también justifican más de una ruta marítima. Así sucede con las que enlazan distintos puntos de la costa madre con la Isla de Sálvora, que acoge un entorno atractivo para el ecoturista y con suficientes monumentos de construcción humana (un faro, un pazo, una fuente) para dedicar varias jornadas a su descubrimiento.

Otra de las islas con mayor demanda turística es la de Ons, situada en la bocana de la ría pontevedresa. Las arenas blancas, los acantilados y las grutas románticas configuran el litoral de este entorno isleño, poseedor de un puerto modesto y algunas opciones gastronómicas que satisfarán la curiosidad de los gourmets que desconozcan la gastronomía gallega.

Sin abandonar la ría de Pontevedra, los turistas que viajen en barco y en catamarán podrán navegar una sección muy singular de la geografía de esta CC.AA. Dado que estas aguas pertenecen al Atlántico, quienes procedan de latitudes mediterráneas podrán comprobar la singularidad de este océano. 

Las rutas que atraviesan la ría y sierra de Barbanza también son un deleite para la vista, por recorrer enclaves como el Puerto de O Grove, la península del Barbanza o el Parque Natural de Corrubedo.

Ons, el paraíso oculto de Galicia

Cuando pensamos en Galicia, a la mayoría nos viene a la cabeza su rica gastronomía con el marisco como plato estrella. También la belleza de sus playas, que son de sobras conocidas por todo el mundo, en especial las de las llamadas Rías Baixas, pero sin olvidar a otras del norte igual de famosas tanto por ser un lugar de veraneo muy cotizado, como las que bañan la costa de Foz o por ser escenario de los mejores retos de surf, como Pantín.

Si pensamos en ciudades gallegas con encanto, la lista es muy variada. Santiago es, sin duda, la ciudad más conocida en todo el mundo por el gran peso de su historia y del camino que lleva su nombre, por ser la meta a alcanzar por peregrinos que llegan desde todos los lugares del mundo. Pero Vigo o A Coruña, por citar las ciudades de más tamaño, también reciben muchos visitantes durante todo el año y más aún cuando llega el verano.

Y si hablamos de islas, pensaremos inmediatamente en Las Cíes. Pero lo que muchos no saben es que estas islas forman parte de un conjunto, el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, que no solo contiene a las ya citadas, sino que también cuenta con otras menos conocidas, pero igualmente fascinantes, como la isla de Ons.

Ons tiene una particularidad muy especial y es que es la única isla de Galicia que está habitada y que no se encuentra unida a tierra por ningún puente. Es decir, sus habitantes solo pueden entrar o salir de la misma por medio de un barco. Y esto mismo les pasa a sus visitantes, que tienen que adquirir billetes islas ons para poder acceder a las mismas.

Al ser una isla habitada, cuenta con servicios que no se pueden encontrar en Cíes, como por ejemplo el alquiler de apartamentos. Si bien es cierto que no son muy numerosos y por tanto vuelan, sí es posible realizar una reserva cuando se lleva a cabo con tiempo, sobre todo si no es para la temporada alta. También hay varios restaurantes, algunos que solo abren en fines de semana y/o en verano, en los que poder comer y saborear los mejores pescados de las aguas del Atlántico.

Pero esto no quiere decir que no haya también preciosos parajes naturales muy bien conservados en los que perderse y realizar bonitas rutas de senderismo que harán que la experiencia sea absolutamente inolvidable.

Vivir en Cangas y trabajar en Vigo, una realidad para muchas personas

La vida en ciudades como Vigo tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes. Por ejemplo, vivir en la ciudad hace que estés a un paso de todo pero también te obliga a vivir en un apartamento. Y, además, pagarlo a precio de oro. Porque si algo tiene Vigo es que el precio del suelo está por las nubes. 

Precisamente, es el precio del alquiler o de la compra de un piso lo que hace que muchas familias decidan vivir en las afueras, buscando en zonas como Cangas una casa unifamiliar a un precio razonable. Alejándose de las áreas más demandadas por los turistas, es posible tener una casa con terreno a buen precio y vivir un estilo de vida totalmente diferente al de la ciudad. 

Pero el trabajo suele estar precisamente allí, en la urbe, por eso estas personas que eligen las zonas más tranquilas para vivir, deben de desplazarse cada día para trabajar. Esto puede suponer un problema si se hace en coche, ya que el tráfico y el tiempo pueden llegar a hacer que lo que era una tranquilidad se convierta en una fuente de estrés diferente. 

Cada vez es más habitual que haya personas que optan por un barco vigo cangas mar de ons para hacer su ruta diaria al trabajo. Se acercan al pueblo en su coche particular o caminando, dependiendo de la distancia y toman uno de los numerosos barcos que hacen la ruta Vigo-Cangas y viceversa a lo largo del día. Una vez en Vigo, pueden ir a su trabajo caminando o en transporte público según la distancia. Y lo harán sin problemas, sin nervios y sin tener que meterse en atascos. 

Más que un ahorro de tiempo es un ahorro en salud y también en dinero ya que con la tarjeta de transporte, el precio de los billetes es muy reducido y esta tarjeta sirve tanto para los barcos como para el transporte urbano. Por una pequeña cantidad al día se hará todo el recorrido de ida y de vuelta y además se contribuye a reducir la contaminación de la ciudad. 

En los días buenos, el viaje es además muy agradable y un momento para relajarse, disfrutar de las vistas o simplemente respirar un poco de aire fresco por la mañana antes de comenzar la jornada diaria, en lugar de respirar los humos de las carreteras.

Las Cíes, el paraíso a un paso de Vigo

Todavía quedan lugares prácticamente vírgenes y muy cerca de nosotros. Las Islas Cíes son un buen ejemplo de esto. Un espacio natural muy bien conservado que ha sabido combinar a la perfección el dar respuesta a la demanda de visitas con el salvaguardar aquello que lo hace único.

Por eso, en las Cíes se puede encontrar un camping muy agradable, con plazas limitadas, en el que disfrutar unos días durante el verano. Con su chiringuito y todo. Pero el resto de la isla está tal y como estuvo siempre. No hay casas en las Cíes… ni falta que hacen.

El ser islas ha ayudado mucho a esta conservación. Para ir, tiene que ser en barco, sea un barco vigo o desde alguno de los puntos cercanos desde los que salen algunas líneas regulares. También se puede ir en barco privado, pero es necesario contar con permisos especiales, por lo que muy pocas embarcaciones pueden acercarse a la costa.

Pero incluso para tomar el barco regular es necesario contar con un permiso. Esto es así porque el número de personas que pueden acceder a las islas es limitado. Cada año hay un tope, con el fin de que no se deteriore este espacio natural. Además, las normas son estrictas respeto a conservar la naturaleza, pudiendo ser multados si se tiran basuras o se realizan actividades no permitidas.

No todo el mundo que va a las cíes se queda en el camping. La mayor parte van a pasar el día en la playa, disfrutando de arenales que son dignos del mejor paraíso. O van a realizar algunas rutas de senderismo, para disfrutar de aire puro, naturaleza y mar. Al final del día, toman el barco de vuelta a tierra y se van con la sensación de haber hecho un paréntesis maravilloso en sus vidas.

La única diferencia con una playa del Caribe o alguno de los paraísos clásicos es que sus aguas son muy frías. En pleno océano Atlántico, bañarse en las Cíes es cosa de valientes. Pero, a juzgar por la cantidad de personas que se remojan durante el verano, hay muchos que reúnen esas condiciones. Y es que las aguas cristalinas resultan tan atractivas que es muy complicado vencer la tentación de darse un chapuzón, aunque sea uno rápido para volver a calentarse al sol y recuperar la sensación de calor en el cuerpo.

Islas 

Desde siempre he sentido una inexplicable atracción por las islas. Siempre que puedo, me gusta irme de vacaciones a alguna isla, no importa tanto dónde esté ni de qué país forme parte, me gusta ‘sentir’ que estoy en una isla. ¿Tendrá alguna explicación psicológica? Es posible que tenga que ver con el aislamiento y la necesidad de refugio, o incluso de huida. De hecho, dicen que los isleños, en general, suelen tener un carácter particular, más vinculado a la tierra y, a menudo, más cerrado. Yo nací en el continente, pero también soy un poco cerrado…

En nuestras últimas vacaciones decidimos ir a Galicia y conocer las famosas Islas Cíes. Tanto en mi caso, como en el de mi mujer, siempre solemos apostar por vacaciones al sur: conocemos la mayoría de islas de Canarias y de Baleares, pero esta vez nos apetecía algo diferente y nos habían hablado maravillas de las Cíes porque una amiga de mi mujer había hecho parada allí en su luna de miel. 

Para visitar las Islas Cíes necesitas una autorización de la Xunta al tratarse de un espacio protegido que pertenece a un Parque Nacional. Se trata de proteger el entorno natural de la masificación turística: tenemos decenas de ejemplos en el mundo de paraísos naturales destrozados por el turismo masivo y eso en las Cíes, al menos de momento, no pasa. 

Por supuesto, además de la autorización, necesitarás un barco para acudir a las islas. Si no dispones de tu velero particular, que será lo más normal, se puede hacer como nosotros y adquirir el billete en mar de ons. Es otra de las cosas que me gusta, sobre todo de las islas más pequeñas: llegar en barco, como Dios manda. Durante el trayecto, mientras me alejo del continente, tengo esa sensación de descanso, de paz que me generan las visitas a las islas. 

La visita fue una maravilla. Y aunque también se puede pernoctar, siempre con autorización previa, nosotros solo pasamos el día porque íbamos un poco justos de tiempo. Tomamos el barco de mar de ons y tachamos otra isla de la lista. Todavía nos quedan muchas…