Buscando estabilidad laboral

Hace unos años terminé mi contrato de prácticas como intérprete para una gran empresa y no fui renovada. Había tenido un par de becas, una en el Parlamento Europeo y creía que me iba a comer el mundo, pero no fue así. Tan solo logré aquellas prácticas y se acabó. Era la época de la crisis y no estaba el horno para contratar jóvenes en la mayoría de sitios, tanto aquí como en la mayor parte de Europa.

Entonces empecé a plantearme volver a casa y crear una Empresa interpretación en Coruña. Pero no sería tarea sencilla. Lo primero era formarse en tareas organizativas y administrativas. Crear una empresa de cero no es moco de pavo, y hace diez años todavía era peor porque existían más trabas administrativas y mucho más riesgo. Acudí a varios cursos, la mayoría gratuitos, que me sirvieron para hacerme una idea del sector.

Fue por aquella época cuando cayó en mis manos un ejemplar de una guía para el emprendimiento que había editado una institución pública, no recuerdo si a nivel autonómico o nacional. Era el momento en el que tocaba convencer a la gente de las bondades del emprendimiento, de que el emprendedor es un valiente en tiempo de recesión y que la vida es maravillosa una vez que emprendes. Y también que el fracaso forma parte del éxito de crear una empresa, y frases altisonantes similares.

Pero lo que más me llamó la atención fue lo de la estabilidad laboral que “prometían” algunos de aquellos folletos. La verdad es que cuando no tienes a donde agarrarte te crees la palabra de cualquier gurú, pero era evidente que un emprendedor difícilmente va a lograr estabilidad laboral. 

Con todo yo me lancé a montar mi Empresa interpretación en Coruña porque no veía otra salida. Y lo hice sin mucho denuedo porque no creía que fuera a ninguna parte. Pero las cosas empezaron a fructificar y aquí sigo después de tantos años. Pero solo estoy acariciando la estabilidad laboral y ya llevo casi una década metida en esto. Yo debería escribir una guía (realista) de la emprendedora.

¿Quieres publicar un libro? Hazlo por tu cuenta

No hace muchos años, publicar un libro era toda una odisea. Un camino farragoso y complicado que pocos lograban completar. Para empezar, había que escribirlo, lo cual no era tarea fácil, sobre todo si había que documentarse. Muchas veces, esto suponía visitar muchas bibliotecas y abrir cientos de libros hasta dar con el dato correcto.

Pero una vez hecho este trabajo todavía quedaba lo más complicado: lograr que alguien confiara en el libro. Por eso, lo habitual era registrarlo y, hecho esto, enviarlo a varias editoriales a ver si había suerte. En algunos casos, todo lo que se sacaba en limpio eran un par de cartas amables en las que se explicaba que no se estaban buscando libros con ese perfil y se animaba a la persona a seguir escribiendo. En otros casos, ni tan siquiera una respuesta de conveniencia. Y, si había suerte y una editorial estaba interesada en el libro, venía el problema del contrato.

Muchos escritores se encontraron que tras firmar un contrato que a duras penas entendían y por el cuál supuestamente iban a cobrar un 30% de los beneficios del libro, no tenían nada en absoluto ya que de ese beneficio se les descontaban servicios como el diseño de la portada o Servicios de corrección de textos siempre a precio de oro. Incluso hubo sonados casos de escritores que, al final, debían dinero a la editorial tras tanto esfuerzo.

Pero hoy, todo es mucho más sencillo. Plataformas como Amazon permiten que la persona pueda publicar su libro de una forma sencilla. Incluso puede elegir el precio que quiere cobrar por el mismo. Con los programas que ofrecen maquetar es bastante sencillo. No obstante, hay que tener en cuenta que si se quiere que el libro tenga calidad hay que seguir pagando por algunos servicios. Uno de ellos, el más importante sin duda, el de corrección de textos.

Este servicio permite que alguien con experiencia y titulación corrija el libro buscando errores de ortografía o de gramática, incluso también de estilo. Así, el libro tendrá la máxima calidad. Todos los escritores recurren a estos servicios para asegurarse de entregar un libro a la altura de sus lectores.

También es recomendable, aunque no obligatorio, pagar por el diseño de la portada, ya que no se va a poder realizar una gran campaña publicitaria. La portada será la presentación del libro y debe de tener una cierta calidad y originalidad para resultar atractiva. Si a esto se añaden buenas críticas de los primeros lectores, tal vez se esté ante un éxito de ventas independiente.