Los productos “sin” no son una moda

Vivimos una época en la que hay modas muy curiosas respecto a la alimentación. Muchas personas optan por los productos sin gluten a pesar de no ser celíacos o por los productos sin lactosa sin ser intolerantes. Pero ¿es saludable esto? ¿Realmente están eligiendo la mejor opción para su cuerpo?

Cuando una persona es celíaca no puede tolerar el gluten. Este le causa problemas graves en el intestino, una reacción del sistema inmune que puede hacer que tenga serias complicaciones de salud. Un celíaco no puede siquiera consumir un producto que ha tenido contacto con el gluten, lo que se conoce popularmente como contaminación cruzada.

Existen personas que tienen intolerancia al gluten, pero no son celíacos. Son aquellos que al consumirlo presentan ciertas reacciones, como hinchazón de vientre, muchos gases e incluso diarreas. Todas estas molestias hacen que sea preferible que no consuman alimentos que contengan el gluten, pero no tienen que preocuparse con la contaminación cruzada.

Lo mismo sucede con los lácteos. Los alérgicos a la proteína de la leche no pueden consumirlos en absoluto, pero los intolerantes a la lactosa tienen la opción de los productos sin lactosa para disfrutar de todas las ventajas de la leche y de sus derivados.

El problema de que personas que podrían comer de todo se priven de un cierto alimento de forma voluntaria por tiempo prolongado es que pueden dejar de tolerarlo. El motivo es que el intestino produce una serie de enzimas digestivas que se encargan de la digestión de determinados alimentos. Por ejemplo, la lactasa es la enzima que digiere la lactosa.

Si se dejan de tomar lácteos la lactasa deja de ser necesaria y el intestino podría comenzar a producirla en menor medida o incluso dejar de hacerlo ya que tiene la necesidad de utilizarla. En el momento en que la persona tome un lácteo que contenga lactosa, sufrirá una reacción ya que su organismo ya no estará preparado para digerirla. Cólicos, molestias, mareos o diarreas son los síntomas más habituales.

Este es el motivo por el que muchos médicos advierte que los productos sin gluten o sin lactosa no deben de ser una moda. Solo son buenos para quienes no pueden consumir gluten o lactosa, pero para el resto no tienen ninguna ventaja y, ni tan siquiera, resultan más saludables o más ligeros. Por eso, lo mejor es no privarse voluntariamente de nada si no hay una causa que lo justifique.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

Se conoce como intolerancia a la lactosa la incapacidad de algunas personas para digerir la lactosa, un azúcar presente en la leche y derivados. Esta incapacidad viene dada por que el intestino deja de producir lactasa, que es la enzima que descompone la lactosa en otros azúcares de más fácil digestión.

Un intolerante a la lactosa puede serlo de nacimiento o puede serlo de manera sobrevenida. La intolerancia congénita no es nada frecuente ya que estamos hablando de mamíferos que sobrevivimos durante los primeros meses de vida con la leche como único alimento. A veces, puede resultar complicada de detectar y cuando se hace el niño debe de alimentarse con leche de fórmula que no contenga lactosa.

Los que tienen una intolerancia sobrevenida pueden tenerla de carácter temporal o permanente. La intolerancia de carácter temporal es la que se produce con motivo, por ejemplo, de la toma de antibióticos. Los antibióticos no solo matan las bacterias malas, también se cargan las buenas que forman la flora intestinal. Al dañarse la flora los niveles de lactasa bajan o incluso desaparece, por lo que la persona no tolera la leche ni sus derivados.

Normalmente, tras un par de semanas, la flora vuelve a coger fuerza y pueden volver a comer de todo con normalidad. Pero hay personas que desarrollan una intolerancia permanente a raíz de la toma de medicamentos o por otros motivos que pueden, incluso, desconocerse. Cuando la intolerancia es permanente puede tener, asimismo, varios niveles, desde una intolerancia ligera en la que los niveles de lactasa han descendido, pero todavía se digieren alimentos con poca cantidad, como por ejemplo los yogures o los quesos curados hasta una intolerancia severa en la que ni siquiera se soporta la mínima cantidad de lactasa que se usa como excipiente en algunos medicamentos.

Una persona intolerante puede hacerse pruebas para confirmar el diagnóstico y debe de eliminar de su dieta este azúcar. Para ello puede optar por los lácteos sin lactosa, a los que se añade lactasa de manera artificial. Pero hay que tener cuidado ya que siempre hay una ínfima cantidad de este azúcar. Por eso, los intolerantes severos tendrán que apostar por las bebidas vegetales. En cuanto al resto de alimentos, hay que leer las etiquetas y evitar todos aquellos que contienen leche o lactosa como conservante tal como ocurre con algunos fiambres o con snacks.

Tostadas muy especiales cada mañana

¿Quieres un desayuno realmente saludable cada mañana? Apuesta por un desayuno tradicional, con el sabor de siempre y con todas las vitaminas y nutrientes que necesitas para comenzar el día, unas tostadas de pan con mantequilla BIO certificada.

El primer paso es elegir el pan. No te inclines por las bolsas de pan de molde que vas a ver en muchos supermercados y que tienen una lista de ingredientes tan larga que es prueba suficiente de que no tienen nada de naturales. Hoy hay pan de molde que no tiene conservantes ni colorantes y que está elaborado con harinas de diferentes tipos, semillas, agua, levadura y sal. Y nada más. Porque para hacer pan no es necesario utilizar ningún otro ingrediente.

Pero si quieres un pan todavía más auténtico, ¿por qué no comprar una panificadora? Igual tienes miedo a que sea un cacharro más que no uses, pero quienes la tienen aseguran que es muy útil si la persona se sabe organizar. Muchas panificadoras hacen todo el proceso de elaboración del pan por sí mismas, sin necesidad de que se haga otra cosa que introducir los ingredientes: la panificadora amasa, fermenta la masa y cuece el pan, de manera que cuando te levantas por la mañana tienes un fantástico pan de molde recién horneado. Asegúrate de que la que compras tenga este sistema completo.

Puedes hacer el pan todos los días o de cada dos días, ya que aguanta fresco sin problemas si lo guardas en una bolsa adecuada. Y, lo mejor, es que puedes ir probando varias recetas hasta hacerte con la que más te gusta. Al levantarte, tu cocina olerá a pan recién hecho y solo tendrás que cortar las rebanadas y untarlas con la mantequilla BIO y, si te apetece, con un poco de mermelada. Para conseguir mantequilla BIO totalmente natural y saludable no vas a tener que ponerte a fabricarla tú mismo, por suerte, hoy hay en el mercado mantequillas de gran calidad y con el sello de BIO para que puedas tener la seguridad de estar consumiendo un producto totalmente natural.

Acompaña tus tostadas de pan con mantequilla con un delicioso café con leche BIO y tendrás un desayuno perfecto para iniciar el día: hidratos de carbono, grasas saludables y mucha energía. Completa con una pieza de fruta para conseguir las vitaminas que necesitas y verás como ir a trabajar es mucho más sencillo.

Esta Navidad disfruta del sabor del jamón de bellota en tu mesa

Uno de los alimentos estrella en Navidad es el jamón. Para muchas familias, comprar jamon de bellota en estas fechas es tan básico como comprar turrones y las fiestas familiares no serían lo mismo sin utilizar este alimento como aperitivo para antes de las copiosas cenas y comidas más tradicionales.

Todos tiramos la casa por la ventana cuando llegan estas fechas y queremos poner las mejores viandas en la mesa. En el caso del jamón más, ya que es un alimento que siempre está presente en la gran mayoría de los hogares. Por eso, si normalmente nos conformamos con un jamón más económico, para ocasiones queremos lo mejor, un buen jamón de bellota que nos proporcione una grata experiencia y que podamos compartir con la familia y los amigos que nos visitan en estas fechas.

Para familias en las que hay muchas personas y en las que se reciben una gran cantidad de familiares, la mejor opción es comprar el jamón entero y cortarlo en casa. Siempre hay quién tiene maña para hacerlo y le gusta presumir de sus dotes cortando unos platos de jamón para saborear con una copa de vino antes de la comida o la cena. Pero incluso si son pocas las personas que se juntan, es posible deleitarse con un buen jamón de bellota comprándolo ya cortado en estuches.

Estos estuches son también ideales para llevar si somos los invitados, aportando así un sabroso granito de arena a la fiesta. Estas presentaciones son muy prácticas ya que solo hay que abrirlos, dejar que el jamón se airee un rato, y servirlo para disfrutarlo como si se acabara de cortar en el momento ya que la conservación al vacío garantiza una frescura total del producto. Estos estuches son también perfectos para darse un capricho con la excusa de la Navidad o con cualquier otra en cualquier momento del año.

Y, por supuesto, la pieza completa de jamón de bellota continúa siendo el regalo ideal para estas fiestas. Con un jamón siempre se queda muy bien, pero si además es de bellota se estará dejando el listón muy alto. Este regalo tan especial siempre será bienvenido y siempre va a ser un gran acierto. Además, regalándolo en estas fechas, tenemos todas las papeletas para que se nos invite a inaugurarlo mientras se brinda por el año nuevo.

¿De verdad ayudan los productos desnatados en una dieta?

Los yogures desnatados junto con otros alimentos desnatados son muy utilizados en dietas de adelgazamiento. Pero, ¿de verdad ayudan o solo son mitos? Para poder dar respuesta vamos a analizar de manera general una dieta de adelgazamiento tipo. En ella, el número de calorías de media serán de 1200, de las cuales el 30% deberán de proceder de las grasas, aunque nunca de grasas saturadas y siempre dando preferencia a las grasas beneficiosas, como las del pescado.

Esto supone, como media, un consumo de 30 gramos de grasas al día. Un yogur puede tener una media de 4 gramos de grasa en total, 3,3 por cada 100 gramos de producto. Esto quiere decir que si se consumen tres yogures al día ya se estarían tomando 12 gramos de grasa. Sin embargo, el yogur desnatado puede tener tan solo 0,4 gramos de grasa por unidad, 1,2 gramos si se consumen tres yogures. 

Por eso, aunque puede parecer que la cantidad de grasa del yogur es baja y que por tanto da igual comprarlo entero, lo cierto es que analizando las cifras no es así. Si al yogur añadimos un vaso de leche al desayuno y un par de cafés a lo largo del día, la diferencia entre tomar productos desnatados y productos enteros se hace todavía más patente. 

Es por esto que aunque algunos afirman que la grasa de los lácteos no es mala para la salud y que no perjudica a la pérdida de peso, las cosas no son realmente así, sobre todo cuando no se toma un lácteo ocasional sino que se consumen de forma diaria. Es por esto que en todas las dietas para bajar de peso se recomiendan los lácteos desnatados y no los enteros.

La grasa que se toma en la dieta es preferible que provenga del pescado azul o de la carne, pero en este caso debe de ser ganado alimentado con pasto y solo la grasa entreverada, no la grasa del lateral de las piezas ya que esta es perjudicial para la salud.  En el caso de ganado alimentado con piensos, es preferible optar solo por los trozos de carne magra con un menor porcentaje de grasa.

El aceite de oliva, a razón de una cucharadita al día, también puede formar parte de las grasas de una dieta de adelgazamiento, tanto si se toma en crudo para aliñar como si se usa para cocinar a la plancha alguno de los alimentos del día.

Cautivar al consumidor exigente 

Imaginemos que tenemos delante dos fotos del mismo supermercado: una actual y otra de hace 10 años. Cómo ha cambiado todo, ¿verdad? Hace diez años, los productos biológicos ni siquiera estaban adecuadamente regulados en España y el consumidor medio todavía no mostraba gran interés por los mismos. Pero hoy todo es diferente: tanto de a nivel de regulación como de patrones de consumo.

Efectivamente, el consumidor actual, por lo general, manifiesta un mayor interés por productos de calidad y certificados que garanticen una sostenibilidad y un respeto por el medio ambiente. Por supuesto, el coste del producto sigue estando en primera línea a la hora de tomar una decisión. Pero tampoco es menos cierto que nadie quiere comprometer su salud por ahorrar unos euros. 

En este escenario, llega a España la firma Asana de la mano de la Corporación Alimentaria Peñasanta que incluye entre su gama de marcas algunas tan importantes como Central Lechera Asturiana o Larsa. Apostar por Asana supone para CAPSA un intento de cautivar al consumidor de productos lácteos más exigente, aquel que sí mira la etiqueta, que considera que otras formas de consumo son posibles y que no tiene inconveniente en gastar un poco más si el producto es de calidad y tiene las suficientes garantías.

Un producto como Leche desnatada BIO sin lactosa es uno de los ejemplos de lo que el consumidor puede encontrar en Asana. Se trata de crear un artículo lo suficientemente específico para diferenciarse de otras marcas. El hecho de combinar la certificación BIO con la ausencia de lactosa busca seducir al consumidor con intolerancia que, no obstante, quiera seguir consumiendo leche de vaca de calidad. 

Por eso el sector necesita firmas como Asana para, de alguna manera, mostrar que también las empresas lácteas son capaces de modernizarse y ofrecer una línea de productos sostenible. La Leche desnatada BIO sin lactosa tiene su origen en los Alpes Austriacos y cuenta con certificado ecológico europeo. Y es que los países de Centroeuropa, caso de Alemania o Austria, son la referencia a la hora de hablar de agricultura y ganadería ecológica.

¿Qué me lleva escoger una marca en vez de otra?

No soy publicista, soy consumidor. Solo puedo responder a esa pregunta desde el punto de vista de alguien que va al supermercado y elije una marca por encima de las demás. Sé que los departamentos de marketing de las grandes empresas y las firmas independientes que trabajan para las mismas se afanan en descubrir el Santo Grial de la publicidad: pero, para su desgracia, lo que un día sirve, al día siguiente ya no. La publicidad cambia constantemente para adaptarse al “target”.

Uno de los grandes reclamos en un supermercado es el (clásico) producto nuevo. Puede ser una nueva marca o un nuevo sabor. Por ejemplo, hace poco descubrí nuevos sabores de yogures larsa y, como soy bastante fan de esta marca, me tuve que llevar varios para probar. Por eso muchas firmas cambian detalles de la composición de algunos de sus productos para llamar la atención del consumidor: “¡Eh! Que hemos sacado un nuevo sabor, pruébalo”.

Esto último pasa mucho con las bebidas azucaradas tipo cola: no hay año que no se saquen de la manga algún nuevo y extraño sabor. Pero también sucede con la leche, algo que hace unos años parecía inconcebible. ¿Quién iba a creer que ahora tendríamos en la zona de lácteos hasta seis o siete tipos de leche distintas? Y eso sin contar con las ‘otras’ leches, las vegetales…

De los yogures, qué vamos a decir. En mi caso, toda la balda superior del frigorífico es para este tipo de alimento. Solo somos tres en casa pero tengo días de contar más de 40 yogures en el frigo. Los devoramos. Así es que cuando veo que  yogures larsa pone en el mercado algo nuevo, estoy obligado a darle una oportunidad ya que es mi marca preferida. A veces, las novedades tienen más recorrido comercial, y otras se quedan el camino, pero siempre hay que estar innovando para seguir creciendo y satisfacer a los consumidores.  

Sí, pero todavía no he respondido a la pregunta de que por qué elijo una marca en vez de otra. Pues no lo voy a hacer, que ya cobran bastante los publicistas para que les diga gratis lo que tienen que hacer.

De vuelta a casa

Cada vez vuelvo menos a Asturias: el trabajo y mi vida en Madrid ya no me deja tanto tiempo. ¿Lo echo de menos? A veces sí, y veces menos… Probablemente si fuera al revés, me pasaría lo mismo: si viviese en Asturias y hubiera nacido en Madrid o en otra parte, tampoco tendría ganas de estar yendo a casa cada dos por tres: va con el carácter de cada uno y supongo que yo soy un poco desarraigado.

Si por mi fuera, de hecho, estaría cambiando de residencia cada pocos años; me gusta sentirme ‘extranjero’ a donde voy (sin exagerar, claro), sentir que me vengo de otro lado, y que puedo observar las cosas de mi alrededor de una forma nueva y diferente. Cuando llevas viviendo 30 años en el mismo sitio ya lo has visto y revisto todo.

Pero tampoco es menos cierto que, de vez en cuando, siento la necesidad de volver, y de respirar el aire de Asturias. Recuerdo que una vez tras pasar el túnel que conecta León con Asturias vi un anuncio central lechera asturiana en el que aparecía uno de los envases de leche abierto mostrando su interior con el siguiente eslogan: “cruzar el Negrón al volver a casa”.

El Negrón es el túnel que atraviesa la Cordillera Cantábrica y sirve de sirve de conexión principal para automóviles entre la Meseta y Asturias. Durante años, mi padre evitó este túnel por no pagar el famoso peaje del Huerna: la alternativa es subir el Pajares. Pero es mucho más cómodo el túnel, está claro.

De alguna manera, el Negrón forma parte de la mitología del viaje del asturiano y aquel anuncio central lechera asturiana daba en el clavo. Salir de Asturias siempre ha sido difícil, tanto desde el punto de vista metafórico como literal (todavía hoy sigue dándose vueltas a la conexión vía AVE con Asturias, el cuento de nunca acabar). Por eso volver a Asturias tiene un punto de nostalgia imposible de negar. La comida, la lluvia, la montaña, la playa… y la leche: todo eso es Asturias y lo echo de menos… a veces.

¿De dónde procede el queso gouda?

El Queso Gouda procede de los Países Bajos, concretamente lleva el nombre de la ciudad de Gouda. Pero hoy por hoy, esta denominación no se refiere solo al queso que viene de ese lugar, sino que sirve para todos los quesos de este tipo que se fabrican en cualquier lugar del mundo.

Dentro de los auténticos quesos gouda de los Países Bajos, existe no obstante uno con denominación de origen, el gouda de Holanda Septentrional que es famoso por su gran calidad, que lo diferencia del resto de los quesos holandeses del mismo estilo.

Se trata de un queso que es semiduro y que solo necesita tres semanas de curación para estar en su punto, aunque se recomienda esperar cinco semanas para que esté en su mejor momento. Los quesos más jóvenes son los que se utilizan para el formato barra y se venden en lonchas para bocadillos. Como son quesos semigrasos que se funden muy bien con el resto de los fiambres, tienen mucho éxito tanto para tomar solos como con jamón o para calentar en sándwiches a la plancha.

Los quesos más curados se venden en cuñas y, como cualquier queso que se precie, marida muy bien con un buen vaso de vino para disfrutar todavía más de sus aromas y de sus características notas de sabor.

Su sabor es dulce, pero si se deja madurar más tiempo puede llegar a tener un cierto gusto amargo que muchos aprecian. Deja en el paladar un cierto regusto a nuez, lo que ha hecho que también se comercialice con nueces, siendo un delicioso manjar.

Existen también variedades de gouda con finas hierbas y con especias para darle diferentes gustos. Es uno de los quesos más consumidos en Europa y también es muy conocido en Sudamérica, sobre todo en países como Venezuela donde el llamado queso amarillo goza de un gran éxito.

El gouda no es un queso caro en general, aunque puede aumentar su precio si se compra con denominación de origen. Por eso también se ha hecho muy popular. Las versiones con poca madurez se utilizan mucho en la cocina ya que como hemos dicho tiene un sabor suave y funde con mucha facilidad.

Con el gouda se cocinan tortillas, croquetas de queso, pizzas, pasta, empanados y un largo etcétera, ya que su sabor combina perfectamente con todo sin restarle protagonismo al resto de los ingredientes.

¿Te gusta la leche de Asturias?

El verdadero sabor de la leche recién ordeñada es difícil de olvidar para quién lo ha probado. Por eso, los que de verdad saben de leche tienen claro que la leche de Asturias es la mejor porque procede de los mejores pastos, verdes todo el año. Es por eso que la leche asturiana es una de las más vendidas en nuestro país y de las más apreciadas por su sabor y su calidad.

Pero además de ser muy buena, esta leche ofrece a sus clientes al posibilidad de ganar regalos gracias al club leche asturiana que permite convertir cada compra en puntos y cambiar estos por fantásticos premios recogidos en un completo catálogo donde hay de todo y para todo el mundo, desde juguetes para los niños hasta electrodomésticos para el hogar.

Además, en el club de la leche de Asturias puedes descubrir que la marca no solo produce leche, sino muchos derivados lácteos también con una gran calidad. Entre todos ellos destaca la nata, uno de los más solicitados. En todas sus variedades, la nata es un producto delicioso y que permite realizar todo tipo de postres en sus variedades de nata montada, pero también recetas principales en sus variedades de nata para cocinar.

Por supuesto, no nos podemos olvidar de la mantequilla, dulce o salada o de los deliciosos yogures. Con tantos productos, siempre hay una buena ocasión para disfrutar de Central Lechera Asturiana y de juntar punto saboreando sus productos. Y si se te acaban las ideas solo tienes que buscar en la sección de recetas del club para inspirarte y crear nuevos platos para ti o para tu familia. ¿A quién no le gusta probar algo nuevo de vez en cuando? Sobre todo si viene con la garantía de calidad de la marca.

Y para que ahorres en tus compras, en el club también puedes descargarte vales de descuento para tus productos Central Lechera que podrás canjear en la mayoría de los supermercados de gran tamaño. Así, conseguir lo mejor te costará todavía menos dinero y podrás aprovechar la oportunidad para probar cualquier nueva variedad de leche de Asturias por mucho menos dinero.

¿Que no te gusta la leche? Nos cuesta entenderlo, pero incluso tú puedes formar parte del club Central Lechera porque las bebidas vegetales de la marca son también deliciosas y te permiten de igual manera optar a todas las ventajas.