Tal vez no sea el momento más adecuado porque creo que me quedan pocos meses en esta casa, pero he decidido hacer unos cambios en mi despacho que está un poco soso. Esta casa tiene dos habitaciones: una de ellas la utilizo como dormitorio y la otra como despacho. Parece un derroche en los tiempos que corren en los que el metro cuadrado está por las nubes, pero solo se vive una vez.
Además, yo sé lo que es trabajar durante años en la mesa del comedor. Efectivamente, mi despacho estuvo situado durante mucho tiempo en cualquier sitio que entrase un portátil, que suena muy moderno eso de trabajar en cualquier parte, pero no es práctico ni rentable, sobre todo si estás trabajando de verdad, no haciendo que trabajas en el Macbook mientras sorbes sonoramente un café en un Starbucks.
Yo, cuando trabajo, trabajo. Y si quiero tomarme un café entonces no es trabajo. Por eso necesito un despacho con buena iluminación, con un mínimo espacio y sin gente alrededor hablando de cosas modernas. Actualmente, tengo un espacio así pero quiero hacer unos cambios, instalando cortina veneciana en la ventana, quitando algún pesado armario que no pinta mucho en ese lugar y con una nueva mesa de trabajo.
Digo que no sé si es el mejor momento porque en unos meses la arrendadora me va a atracar con una subida de precio para adaptar el precio al “mercado”. Y ya la conozco así que es más que probable que tenga que poner pies en polvorosa y buscar otra casa un poco menos adaptada a los precios del mercado…
Pero mientras tanto no quiero quedarme con los brazos cruzados porque este despacho necesita aire nuevo. La cortina veneciana es algo que tenía muchas ganas porque las he visto en otras casas y me parece muy relajante para ese espacio: poder graduar la luz según el momento del día o mi estado mental… Y necesito una nueva mesa de trabajo un poco más amplia porque cada vez tengo más aparatos en el despacho y ya no sé dónde colocarlos.