Es un hábito perjudicial para la seguridad doméstica y la ‘salud’ de la cerradura, pero todos lo cometemos. Dejar las llaves puestas es una de las prácticas más extendidas en los hogares españoles, y el sector de la cerrajería lleva años advirtiendo acerca de sus riesgos: mayor desgaste de los bombines, bloqueo del mecanismo en caso de emergencia, etcétera. En opinión de cualquier Cerrajero urgente 24 h Vigo, es importante concienciar sobre la peligrosidad de esta acción.
En primer lugar, mantener la llave en la cerradura acelera el deterioro de sus muelles, bombines y piezas móviles, sobre todo en periodos prolongados. Sus mecanismos no están diseñados para que el embrague los mantenga bloqueados durante horas por la presencia de la llave en el interior de la cerradura.
Este hábito proporciona asimismo una falsa sensación de seguridad. En lugar de complicar la actividad de los delincuentes, puede allanarles el camino, ya que existen diversas técnicas que convierten este hábito tan inocente en una vulnerabilidad en toda regla. Por consiguiente, es una conducta de riesgo a evitar.
Por otra parte, dejar la llave puesta tiende a bloquear los bombines de embrague simple, usuales en cerraduras de cierta antigüedad, que no son infrecuentes en un parque inmobiliario tan envejecido como el español. Esta circunstancia —la imposibilidad de abrir la puerta principal de una vivienda— acarrea una gran peligrosidad. En caso de accidente, incendio u otra emergencia, los servicios de asistencia no podrán atender a la víctima con la rapidez deseada.
Por esta razón, la venta de este tipo de bombín está prohibida en múltiples países europeos, en favor de los modelos antipánico o de doble embrague, que mantienen la puerta operativa incluso si la llave permanece en la cerradura. A los usuarios que, por la fuerza de la costumbre, les resulte imposible abandonar esta práctica, una solución es dejar la llave parcialmente introducida en el ojo de la cerradura.