Por su factura, calidad y elegancia, el tocado demuestra ser algo más que «una prenda con que se cubre la cabeza», citando al DRAE. Este complemento realza la apariencia de invitados y anfitriones de bodas, fiestas de Nochevieja y otras ceremonias, con una amplia variedad de diseños, siendo los tocados para comunión niñas un ejemplo de ello.
Con motivo de este sacramento cristiano, se estilan los tocados de diadema gracias a la comodidad y sencillez de este formato. La pieza de plástico que los estructura, suele revestirse de satén, seda y otros tejidos y utilizarse como base para sostener adornos de flor seca y artificial, plumas, pedrería, cintas o piezas de encaje, entre otros.
Otro de los diseños más demandados en nupcias y comuniones es el tocado floral. Como la mayoría de estas celebraciones se desarrolla en primavera y verano, las flores y adornos vegetales son especialmente apropiados. Luciendo este complemento, su portadora armoniza mejor con la estación del año y da a su look una nota romántica y bohemia.
Los tocados tipo peineta, por su parte, son muy tradicionales y castizos. Tanto es así que la famosa Dama de Elche luce una suerte de peineta, aunque las utilizadas en casamientos y otras ceremonias son más discretas y modernas.
De origen francés, el canotier hace las veces de sombrero y de tocado, pues cada vez está más de moda lucirlo con abundantes adornos: cintas de terciopelo, redecillas, flores, hojas, etcétera. Fue la modista Coco Chanel quien popularizó el uso de este sombrero, también llamado gondolero o veneciano.
Similares a los tocados de diadema son los de tiara, sinónimo de glamour y sofisticación. Se trata de una estructura de metal noble que, en vez de ornamentarse con flores y telas decorativas, se sirve de piedras preciosas naturales o de imitación para conseguir un efecto luminoso y elegante.