La habitación para el bebé es, seguramente, la obra de decoración que afrontarás con más ganas y con más ilusión. Ni siquiera la emoción de decorar tu cuarto de adolescente por primera vez será comparable.
Durante muchos años, se decía que no había que preparar la habitación con anticipación porque traía mala suerte. Así pues, cuando la madre estaba en el hospital recién parida, el padre tenía que apurar para tener todo lo necesario en casa para la llegada del niño. Hoy, estas supersticiones se dejan de lado y la gran mayoría de padres compran las cosas para su retoño y preparan su cuarto para poder disfrutar de los primeros días de vida de su hijo sin más agobios de los necesarios.
Cuando la madre está en el segundo trimestre del embarazo suele ser un buen momento para preparar el cuarto del bebé, ya que esta habrá pasado las molestias iniciales y, seguramente, todavía no se sentirá especialmente incómoda por el peso del niño en su interior. Así, podrá colaborar en las tareas y recorrer comercios para Comprar Estores para bebes personalizados baratos, edredones y el resto de detalles.
Lo primero que hay que elegir es el color para la pared. Los colores vivos son tendencia pero hay que tener en cuenta que estos pueden excitar al pequeño, siendo recomendables los tonos pastel para que el ambiente de su cuarto sea más relajante. Los malvas, morados suaves o los colores beige puede que no sean los más originales, pero ayudarán a que el niño se sienta mucho más a gusto. Estos tonos son los que también debe de tener la ropa de su cama. Si te gustan los colores vivos, déjalos para sus muñecos, juguetes y ropa de calle.
Las alfombras de goma pueden ser muy recomendables si el suelo es frío o muy duro, como por ejemplo los de cerámica. Así, el niño podrá tirarse a jugar cuando crezca un poco sin que haya que preocuparse por golpes o por enfriamientos. Asegúrate de que son alfombras de goma de calidad que pueden limpiarse y desinfectarse correctamente y que no tienen sustancias nocivas para el bebé si las lame.
Los muebles muy bajos son ideales para el niño, como por ejemplo las camas pegadas al suelo que le permiten realizar la transición de la cuna a la cama sin peligro o las estanterías bajas que pueden manejar a su altura.