Cada vez somos más los que cambiamos de banco buscando unas mejores condiciones, una gestión más eficaz para nuestro dinero y una serie de productos financieros adaptados a nuestras circunstancias. Lo primero que debes saber a la hora de elegir cuenta corriente es que las entidades financieras ofrecen sutiles variaciones en sus ofertas que pueden mover la balanza de un lado a otro. O dicho de otro modo: no hay ninguna cuenta corriente muy superior a otra pero sí existen matices que nos facilitan desechar unas y quedarnos con otras.
Por un lado, tenemos las cuentas sin nómina ni comisiones. Generalmente son productos financieras que ofrecen entidades de nuevo cuño bien asentadas en el entorno digital. Muchas personas no quieren domiciliar su nómina (o la tienen) pero necesitan una cuenta en la que guardar sus ahorros y que le ofrezca también la posibilidad de hacer transferencias, hacer compras por internet o sacar dinero de cajeros físicos.
Otro aspecto definitivo a la hora de elegir es el interes cuenta corriente. Si buscamos un interés cero en cuentas que no exijan la domiciliación de la nomina el abanico se reduce pero todavía podemos encontrar algunos productos interesantes.
Y, por otro lado, están las cuentas corrientes con domiciliación de nomina. A cambio de recibir mensualmente el dinero de nuestra nomina, las entidades financieras nos ofrecen numerosas ventajas. Y es aquí donde entrar nuestra perspicacia. ¿Qué uso le damos nosotros a una cuenta corriente? ¿Somos grandes usuarios de internet o preferimos acudir a una oficina para gestionar las tareas más sencillas? ¿Nos interesan los descuentos en las compras en tiendas o en gasolineras?
Como decimos, las cuentas corrientes son productos similares que intentan diferenciarse de la competencia con algunas (supuestas) ventajas. La clave para nosotros como clientes es diferenciar entre esas ventajas que no vamos a usar para nada de las que realmente nos van a resultar útiles.
Si buscamos un interes cuenta corriente de tipo 0, debemos descartar todas las demás, asegurándonos también de que dicha cuenta nos permite las operaciones más básicas, además de acceder a descuentos y la posibilidad de rentabilizar nuestro dinero.