Cuando te detectan una intolerancia a la lactosa o una alergia a la proteína de la vaca lo primero que piensas es como vas a sustituir la leche y sus derivados lacteos. Estos forman parte de nuestra vida y a veces no somos conscientes de hasta qué punto hasta que llega el momento de eliminarlos de nuestra vida.
Si eres intolerante a la lactosa puedes serlo en muchos grados. Algunos de los intolerantes toman sin problema alguno yogur o queso, pero no pueden tomar leche. Otros, ni siquiera pueden probar un producto que ponga que puede contener trazas.
Los productos sin lactosa, a los que se les añade artificialmente lactasa, pueden ser una ayuda para los que no tengan una intolerancia severa. Estos le permiten comer con mucha normalidad ya que actualmente hay variedades sin lactosa prácticamente de todo.
La lactasa en pastillas también es una solución para algunos intolerantes. En este caso es el propio intolerante el que tiene que graduar la cantidad de enzima que necesita para digerir un determinado producto. Generalmente hay guías pero como todo depende mucho del grado de intolerancia debe de haber un periodo de adaptación en el que la persona vaya probando.
Esto puede ser muy incómodo, ya que cuando se equivoque sufrirá las consecuencias en forma de diarreas y cólicos, que son los síntomas más frecuentes de la intolerancia. Pero una vez que se tenga el control, permite tomar incluso productos con lactosa sin tener demasiados problemas siempre que no se abuse.
Por este motivo, las pastillas de lactasa son ideales para acudir a bodas o cuando se come fuera y no se tiene control sobre cada uno de los ingredientes que hay en el plato de la comida.
Para los intolerantes más severos y para los alérgicos la solución está en las bebidas vegetales que no tienen lactosa de por sí, como la bebida de soja, la de avena, la de arroz o la de almendras.
Para el resto de productos lácteos puede encontrar algunas variedades en el mercado, como yogures de soja, pero en la mayoría de los casos lo más seguro es que se los cocine él mismo con ingredientes que sepa que no le harán daño.
Por suerte, en Internet hay cada vez más blogs dedicados a estas personas con intolerancias o con alergias en los que se les enseña a realizar todo tipo de platos sabrosos.