La vida en ciudades como Vigo tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes. Por ejemplo, vivir en la ciudad hace que estés a un paso de todo pero también te obliga a vivir en un apartamento. Y, además, pagarlo a precio de oro. Porque si algo tiene Vigo es que el precio del suelo está por las nubes.
Precisamente, es el precio del alquiler o de la compra de un piso lo que hace que muchas familias decidan vivir en las afueras, buscando en zonas como Cangas una casa unifamiliar a un precio razonable. Alejándose de las áreas más demandadas por los turistas, es posible tener una casa con terreno a buen precio y vivir un estilo de vida totalmente diferente al de la ciudad.
Pero el trabajo suele estar precisamente allí, en la urbe, por eso estas personas que eligen las zonas más tranquilas para vivir, deben de desplazarse cada día para trabajar. Esto puede suponer un problema si se hace en coche, ya que el tráfico y el tiempo pueden llegar a hacer que lo que era una tranquilidad se convierta en una fuente de estrés diferente.
Cada vez es más habitual que haya personas que optan por un barco vigo cangas mar de ons para hacer su ruta diaria al trabajo. Se acercan al pueblo en su coche particular o caminando, dependiendo de la distancia y toman uno de los numerosos barcos que hacen la ruta Vigo-Cangas y viceversa a lo largo del día. Una vez en Vigo, pueden ir a su trabajo caminando o en transporte público según la distancia. Y lo harán sin problemas, sin nervios y sin tener que meterse en atascos.
Más que un ahorro de tiempo es un ahorro en salud y también en dinero ya que con la tarjeta de transporte, el precio de los billetes es muy reducido y esta tarjeta sirve tanto para los barcos como para el transporte urbano. Por una pequeña cantidad al día se hará todo el recorrido de ida y de vuelta y además se contribuye a reducir la contaminación de la ciudad.
En los días buenos, el viaje es además muy agradable y un momento para relajarse, disfrutar de las vistas o simplemente respirar un poco de aire fresco por la mañana antes de comenzar la jornada diaria, en lugar de respirar los humos de las carreteras.