El esófago, una zona delicada que hay que cuidar

El esófago es el conducto que une la faringe con el estómago. Es una zona muy delicada porque aunque está en contacto con el estómago y solo los separa una válvula, no tiene las protecciones contra los ácidos intestinales que sí tiene el estómago.

Por este motivo hay que tener mucho cuidado para que este órgano no acabe con problemas que pueden derivar en un adenocarcinoma esofago. Y uno de los principales problemas a combatir es la acidez estomacal.

Todos tenemos acidez de estómago en alguna ocasión, es cierto, pero el problema surge cuando esta acidez es frecuente. Como hemos dicho, el esófago no tiene la protección que tiene el estómago contra los ácidos por lo que estos pueden acabar creando pequeñas úlceras en sus paredes.

Si no se frena a tiempo la acidez de estómago, las úlceras pueden aumentar, hacerse más profundas y acabar degenerando en un cáncer en el esófago. Por tanto, aunque parezca un problema menor, la acidez y los reflujos deben de tratarse para evitar males mayores en el futuro y garantizarse un esófago sano y sin dolores ni molestias.

Hay que jugar esta baza de la prevención porque el cáncer de esófago en sí mismo es asintomático en sus primeras fases, por lo que una vez que se contrae normalmente la persona no se entera de que lo padece hasta que ya está en un estadio 3 o incluso 4. Esto hace que en muchos casos ya hay metástasis o la enfermedad esté tan avanzada que no sea posible operar.

Toda la comida pasa por el esófago y también la bebida. Por eso la dieta es fundamental para el cuidado de esta parte tan importante del aparato digestivo. Las comidas excesivamente picantes o el alcohol de manera habitual pueden acabar causando irritaciones en el esófago y desencadenando úlceras. El tabaco también influye de manera directa en el esófago ya que parte del humo de los cigarrillos va por el tracto digestivo hasta el estómago.

Pero ¿qué hacer cuando ya se tiene acidez de estómago? Si esta es ocasional bastará con tomarse un antiácido para combatirla, pero si vemos que se presenta de forma habitual hay que acudir al médico para que encuentre la causa, que a veces está en que la válvula que separa esófago y estómago no funciona correctamente y no cierra de manera hermética impidiendo los reflujos.