Cuando una persona enferma de cáncer normalmente atraviesa una primera etapa en la que no puede creerse que esto está ocurriéndole. Pero tras esa sorpresa inicial y la aceptación de la enfermedad, la actitud que el enfermo decida adoptar va a ser muy importante de cara al tratamiento y a la recuperación.
Mientras que algunas personas se aíslan de todo y llevan su tratamiento en soledad, sin confiarse más que a algunas personas muy cercanas, otros lo viven de forma más abierta y más positiva, tratando incluso de ayudar a otras personas en su situación de paso que se ayudan a sí mismos. Es el caso de los enfermos que deciden participar en ensayos clinicos cancer Madrid.
La decisión de participar en un ensayo clínico no es sencilla. La persona no se encuentra en su mejor momento y aunque esté afrontando con su mejor cara la enfermedad lo cierto es que se atraviesan etapas de bajón en las cuales la persona no tiene ganas de nada. El compromiso de participar en un ensayo obliga a seguir una serie de controles y a moverse, lo cual puede ser muy bueno precisamente para combatir la apatía.
Además, están las dudas y miedos, ¿y si lo que me hacen me causa algún problema? ¿Y si al final me retraso en el tratamiento adecuado por probar otro experimental? Es natural tener estas dudas y todas ellas deben de ser planteadas cuando se recibe la propuesta. Por eso, hay que dar un espacio de tiempo desde que se hace dicha propuesta hasta que el paciente debe decidir definitivamente si la acepta o no.
El paciente nunca debe de sentirse obligado a participar en un ensayo clínico, pero es bueno que entienda la importancia que estos tienen para poder progresar en la investigación contra el cáncer, en poder conseguir medicamentos mejores y más eficaces o poder conocer más sobre el avance de la enfermedad y como afecta en según qué circunstancias.
Muchos de los tratamientos que estará tomando y de los protocolos que se le aplican estarán ahí gracias a que otros antes decidieron aportar su ayuda y participar en estos ensayos. ¿No sería estupendo que uno mismo, pero también otros en el futuro se beneficiaran de ese paso?
En cualquier caso, la decisión siempre va a ser del enfermo y, en caso de rechazar participar, no debe de sentirse culpable ni mal ya que sus razones son igual de buenas que las de aquellos que sí han decidido hacerlo.