Tener un hijo in vitro para evitar enfermedades hereditarias

Hasta hace relativamente poco, cuando una pareja sabía que uno de los dos era portador de una enfermedad genética hereditaria, solo había dos soluciones a la hora de plantearse tener hijos: decidir renunciar al sueño de formar una familia y no ser padres o serlo arriesgándose a que su hijo pudiera padecer la enfermedad.

Pero ahora, existe una tercera vía gracias al Diagnóstico preimplantacional de embriones. A esta técnica recurren las pareja que no quieren renunciar a ser padres pero que no aceptan que su hijo pueda nacer condenado a sufrir una enfermedad genética. Esta técnica consiste en una fecundación in vitro previa selección de los embriones más adecuados.

El proceso se lleva acabo utilizando los óvulos de la mujer y los espermatozoides del hombre, por lo que, si todo sale bien y acaban teniendo un hijo, sería biológicamente suyo al cien por cien. Una vez realizada la inseminación de varios óvulos, se van analizando los materiales genéticos de los fetos para poder escoger aquellos que no son portadores de la enfermedad y que son más fuertes, por lo que tienen más posibilidades de ser implantados.

Una vez que el embrión es escogido e implantado queda ver que todo funcione correctamente, ya que no siempre se logra que el embarazo se lleve a buen término la primera vez. Si las cosas no funcionan, se puede elegir otro embrión y repetir el proceso. En estos casos, el único límite es el económico ya que no se trata de una técnica barata.

Sin embargo, al estar hablando de un embrión que es biológicamente propio y de una madre que en principio no tiene problemas para gestar, siempre es mucho más fácil que se produzca el embarazo y que acabe naciendo un bebé que cuando hay problemas físicos para poder concebir.

Una vez que todo ha salido bien y nace el bebé, este no tendrá la enfermedad genética por lo que será un niño totalmente normal y que no tendrá ningún problema. Los niños fruto de un embarazo in vitro se desarrollan exactamente igual que los que son concebidos por el método natural y no hay riesgos al respecto.

Lo que sí existe es un debate ético en algunos campos debido al futuro que espera al resto de fetos que no han sido implantados una vez que la madre ya ha conseguido quedarse embarazada.