Hemos tenido tres familias distintas de vecinos en seis meses. Los dueños del piso, que se fueron a una urbanización que estaban construyendo al lado, bastante mejor que la nuestra. Luego, llegó otra familia, amiga de los dueños que solo estuvieron en esa casa cuatro meses. Un verdadero misterio, porque hasta pusieron su nombre en el buzón, ¿solo para cuatro meses?
Y un buen día esta familia se fue y llegó otra, ¡qué también es amiga de los dueños! Y, además, amigos de otros de los vecinos de la misma planta, de forma que están todo el día entrando y saliendo de las puertas. Tal vez incluso tiren el tabique para que las dos familias vivan juntas.
Pero, lo que nos preguntamos es, ¿por qué en esta urbanización y las de los alrededores son todos tan colegas? ¿Será como lo de la Semilla del Diablo, una especie de secta satánica que está esperando al advenimiento del Anticristo? Bueno, nuestro hijo ya ha nacido y no tiene pinta de líder de las hordas infernales, así que por ahí estamos tranquilos.
Por lo demás, los nuevos vecinos son súper apañados. Los hemos visto en la Tienda de cortinas a medida del barrio haciendo una macro compra. Nosotros estábamos echando un ojo porque estábamos pensando en comprar cortinas para el salón. Desde que llegamos aquí no hemos puesto cortinas en el salón. Pero con la llegada de los nuevos vecinos que están siempre echando un ojo por aquí y por allá, se nos ocurrió que tal vez había llegado el momento de tener algo de intimidad. Pero como quiera que ellos ya se adelantaron y van a tener sus propias cortinas, lo hemos dejado en stand by.
Y es que cuando entran unos nuevos vecinos en una casa siempre hay un poco de ‘movida’. En este caso trajeron cientos de cajas que fueron apilando en el pasillo. Lo normal en estos casos. Además no pararon de llegar operarios, como los de la Tienda de cortinas a medida a instalar las cortinas. Un no parar. A ver si ahora que empieza el cole, todos nos vamos relajando un poco y podemos seguir con nuestras vidas sin tanto ruido.