Tenemos uno de los restaurantes veganos con mejor valoración de la ciudad y 2020 se presentaba como el año de nuestra consolidación. Pero a mediados de marzo tuvimos que cerrar esperando que fueran quince días, luego un mes… y hasta ahora. Sé que muchos compañeros están peor que nosotros porque han tenido que echar el cierre definitivo o están a punto de hacerlo. A nosotros todavía nos queda margen, pero no mucho más margen. Por eso es hora de dar un paso adelante e intentar encontrar un camino diferente para asomar la cabeza de nuevo.
Y pensando en cómo reorientar el negocio para estos meses que nos vienen por delante de pura incertidumbre se nos ocurrió reforzar aún más nuestro servicio a domicilio con una app propia. Contactamos con una firma amiga de diseño de equipos informaticos con los que ya habíamos trabajado en la web y preguntamos presupuestos para el diseño de una app.
Por la experiencia propia que tengo yo como usuario, el problema de las apps no es tanto bajarlas o no, sino que una vez la tengamos instalada en el móvil ofrezca un rendimiento adecuado: que sea práctica y no otro icono bonito en la pantalla del smartphone… que nunca se usa. En esto fuimos muy claros: si consideraban que no iban a poder ofrecer una app realmente práctica, mejor lo dejábamos como estábamos. Pagaríamos el estudio inicial y listo.
Pero desde la firma de diseño de equipos informáticos nos ofrecieron un proyecto muy interesante que a priori podía conseguir nuestro objetivo: optimizar nuestro servicio de comida a domicilio. Y es que en los últimos meses ha sido este servicio el que nos ha dado un poco de aire. En nuestro caso, nunca nos habíamos planteado dar servicio a domicilio hasta que llegó el cierre de marzo. Nos iba bien con el servicio tradicional en el local. Pero desde entonces hemos logrado mucha presencia en internet y cada vez nos va mejor. Una app propia de calidad sería un espaldarazo para tratar de sobreponernos a este 2021 que, desde luego, también va a ser complicado.