Enseña a tus hijos a ahorrar sin renunciar a la calidad

Seguro que más de una vez has escuchado o incluso tú mismo has repetido eso de “lo bueno se paga” o “la calidad hay que pagarla”. Todos lo afirmamos convencidos de que es cierto, pero la verdad es que no siempre hay que pagar más por aquello que es bueno. De hecho, se puede comprar la marca que nos gusta por su calidad y conseguir importantes ahorros al hacerlo. Y un buen ejemplo de esto es el club central asturiana.

Lo mejor de este club no son sus descuentos, sino el enfoque que tiene, orientado a toda la familia. Esto permite enseñar a nuestros hijos lo importante que es el ahorro y que este puede conseguirse sin tener que renunciar a la calidad. Por ejemplo, juntando los puntos que nos dan con las compras de productos de la marca. Los niños verán como pueden ir juntando los puntos cada día, introduciendo los códigos de barras de cada uno de los productos Central Lechera de la lista de la compra.

Con estos puntos se pueden conseguir fantásticos regalos ya sea gratis ya sea con una importante rebaja respecto a su precio original. Pero además, los niños también podrán descubrir los nuevos descuentos que se ofrecen a los socios, imprimirlos y acostumbrarse a llevar los cupones al supermercado cuando hacen la compra para conseguir comprar a un precio más bajo. Así, los niños verán que hay formas de conseguir ahorrar que van más allá de renunciar a lo bueno.

El club tiene además secciones especialmente pensadas para ellos, con juegos y con divertidos concursos para que puedan pasar un rato divertido en el ordenador en una página pensada para ellos y para sus necesidades en la que podrán navegar totalmente seguros.

Por supuesto, el club también piensa en los padres y por eso incluye secciones con fantásticas recetas, todas ellas con la calidad de los productos lácteos asturianos que tanto gustan en casa. Con las recetas no solo se aprende a realizar platos nuevos y muy sabrosos, sino también a utilizar ingredientes que, tal vez, no se habían usado hasta ahora porque simplemente no se sabía muy bien cuál era su fin. Son productos que tal vez no eran muy típicos de nuestra cocina hasta ahora, pero que se han integrado en la misma y han logrado enriquecerla y alcanzar todavía más matices de sabores.