De vuelta a casa

Cada vez vuelvo menos a Asturias: el trabajo y mi vida en Madrid ya no me deja tanto tiempo. ¿Lo echo de menos? A veces sí, y veces menos… Probablemente si fuera al revés, me pasaría lo mismo: si viviese en Asturias y hubiera nacido en Madrid o en otra parte, tampoco tendría ganas de estar yendo a casa cada dos por tres: va con el carácter de cada uno y supongo que yo soy un poco desarraigado.

Si por mi fuera, de hecho, estaría cambiando de residencia cada pocos años; me gusta sentirme ‘extranjero’ a donde voy (sin exagerar, claro), sentir que me vengo de otro lado, y que puedo observar las cosas de mi alrededor de una forma nueva y diferente. Cuando llevas viviendo 30 años en el mismo sitio ya lo has visto y revisto todo.

Pero tampoco es menos cierto que, de vez en cuando, siento la necesidad de volver, y de respirar el aire de Asturias. Recuerdo que una vez tras pasar el túnel que conecta León con Asturias vi un anuncio central lechera asturiana en el que aparecía uno de los envases de leche abierto mostrando su interior con el siguiente eslogan: “cruzar el Negrón al volver a casa”.

El Negrón es el túnel que atraviesa la Cordillera Cantábrica y sirve de sirve de conexión principal para automóviles entre la Meseta y Asturias. Durante años, mi padre evitó este túnel por no pagar el famoso peaje del Huerna: la alternativa es subir el Pajares. Pero es mucho más cómodo el túnel, está claro.

De alguna manera, el Negrón forma parte de la mitología del viaje del asturiano y aquel anuncio central lechera asturiana daba en el clavo. Salir de Asturias siempre ha sido difícil, tanto desde el punto de vista metafórico como literal (todavía hoy sigue dándose vueltas a la conexión vía AVE con Asturias, el cuento de nunca acabar). Por eso volver a Asturias tiene un punto de nostalgia imposible de negar. La comida, la lluvia, la montaña, la playa… y la leche: todo eso es Asturias y lo echo de menos… a veces.

Tener un hijo in vitro para evitar enfermedades hereditarias

Hasta hace relativamente poco, cuando una pareja sabía que uno de los dos era portador de una enfermedad genética hereditaria, solo había dos soluciones a la hora de plantearse tener hijos: decidir renunciar al sueño de formar una familia y no ser padres o serlo arriesgándose a que su hijo pudiera padecer la enfermedad.

Pero ahora, existe una tercera vía gracias al Diagnóstico preimplantacional de embriones. A esta técnica recurren las pareja que no quieren renunciar a ser padres pero que no aceptan que su hijo pueda nacer condenado a sufrir una enfermedad genética. Esta técnica consiste en una fecundación in vitro previa selección de los embriones más adecuados.

El proceso se lleva acabo utilizando los óvulos de la mujer y los espermatozoides del hombre, por lo que, si todo sale bien y acaban teniendo un hijo, sería biológicamente suyo al cien por cien. Una vez realizada la inseminación de varios óvulos, se van analizando los materiales genéticos de los fetos para poder escoger aquellos que no son portadores de la enfermedad y que son más fuertes, por lo que tienen más posibilidades de ser implantados.

Una vez que el embrión es escogido e implantado queda ver que todo funcione correctamente, ya que no siempre se logra que el embarazo se lleve a buen término la primera vez. Si las cosas no funcionan, se puede elegir otro embrión y repetir el proceso. En estos casos, el único límite es el económico ya que no se trata de una técnica barata.

Sin embargo, al estar hablando de un embrión que es biológicamente propio y de una madre que en principio no tiene problemas para gestar, siempre es mucho más fácil que se produzca el embarazo y que acabe naciendo un bebé que cuando hay problemas físicos para poder concebir.

Una vez que todo ha salido bien y nace el bebé, este no tendrá la enfermedad genética por lo que será un niño totalmente normal y que no tendrá ningún problema. Los niños fruto de un embarazo in vitro se desarrollan exactamente igual que los que son concebidos por el método natural y no hay riesgos al respecto.

Lo que sí existe es un debate ético en algunos campos debido al futuro que espera al resto de fetos que no han sido implantados una vez que la madre ya ha conseguido quedarse embarazada.

Los enfermos de cáncer, vitales para la investigación

Cuando una persona enferma de cáncer normalmente atraviesa una primera etapa en la que no puede creerse que esto está ocurriéndole. Pero tras esa sorpresa inicial y la aceptación de la enfermedad, la actitud que el enfermo decida adoptar va a ser muy importante de cara al tratamiento y a la recuperación.

Mientras que algunas personas se aíslan de todo y llevan su tratamiento en soledad, sin confiarse más que a algunas personas muy cercanas, otros lo viven de forma más abierta y más positiva, tratando incluso de ayudar a otras personas en su situación de paso que se ayudan a sí mismos. Es el caso de los enfermos que deciden participar en ensayos clinicos cancer Madrid.

La decisión de participar en un ensayo clínico no es sencilla. La persona no se encuentra en su mejor momento y aunque esté afrontando con su mejor cara la enfermedad lo cierto es que se atraviesan etapas de bajón en las cuales la persona no tiene ganas de nada. El compromiso de participar en un ensayo obliga a seguir una serie de controles y a moverse, lo cual puede ser muy bueno precisamente para combatir la apatía.

Además, están las dudas y miedos, ¿y si lo que me hacen me causa algún problema? ¿Y si al final me retraso en el tratamiento adecuado por probar otro experimental? Es natural tener estas dudas y todas ellas deben de ser planteadas cuando se recibe la propuesta. Por eso, hay que dar un espacio de tiempo desde que se hace dicha propuesta hasta que el paciente debe decidir definitivamente si la acepta o no.

El paciente nunca debe de sentirse obligado a participar en un ensayo clínico, pero es bueno que entienda la importancia que estos tienen para poder progresar en la investigación contra el cáncer, en poder conseguir medicamentos mejores y más eficaces o poder conocer más sobre el avance de la enfermedad y como afecta en según qué circunstancias.

Muchos de los tratamientos que estará tomando y de los protocolos que se le aplican estarán ahí gracias a que otros antes decidieron aportar su ayuda y participar en estos ensayos. ¿No sería estupendo que uno mismo, pero también otros en el futuro se beneficiaran de ese paso?

En cualquier caso, la decisión siempre va a ser del enfermo y, en caso de rechazar participar, no debe de sentirse culpable ni mal ya que sus razones son igual de buenas que las de aquellos que sí han decidido hacerlo.

¿Quieres publicar un libro? Hazlo por tu cuenta

No hace muchos años, publicar un libro era toda una odisea. Un camino farragoso y complicado que pocos lograban completar. Para empezar, había que escribirlo, lo cual no era tarea fácil, sobre todo si había que documentarse. Muchas veces, esto suponía visitar muchas bibliotecas y abrir cientos de libros hasta dar con el dato correcto.

Pero una vez hecho este trabajo todavía quedaba lo más complicado: lograr que alguien confiara en el libro. Por eso, lo habitual era registrarlo y, hecho esto, enviarlo a varias editoriales a ver si había suerte. En algunos casos, todo lo que se sacaba en limpio eran un par de cartas amables en las que se explicaba que no se estaban buscando libros con ese perfil y se animaba a la persona a seguir escribiendo. En otros casos, ni tan siquiera una respuesta de conveniencia. Y, si había suerte y una editorial estaba interesada en el libro, venía el problema del contrato.

Muchos escritores se encontraron que tras firmar un contrato que a duras penas entendían y por el cuál supuestamente iban a cobrar un 30% de los beneficios del libro, no tenían nada en absoluto ya que de ese beneficio se les descontaban servicios como el diseño de la portada o Servicios de corrección de textos siempre a precio de oro. Incluso hubo sonados casos de escritores que, al final, debían dinero a la editorial tras tanto esfuerzo.

Pero hoy, todo es mucho más sencillo. Plataformas como Amazon permiten que la persona pueda publicar su libro de una forma sencilla. Incluso puede elegir el precio que quiere cobrar por el mismo. Con los programas que ofrecen maquetar es bastante sencillo. No obstante, hay que tener en cuenta que si se quiere que el libro tenga calidad hay que seguir pagando por algunos servicios. Uno de ellos, el más importante sin duda, el de corrección de textos.

Este servicio permite que alguien con experiencia y titulación corrija el libro buscando errores de ortografía o de gramática, incluso también de estilo. Así, el libro tendrá la máxima calidad. Todos los escritores recurren a estos servicios para asegurarse de entregar un libro a la altura de sus lectores.

También es recomendable, aunque no obligatorio, pagar por el diseño de la portada, ya que no se va a poder realizar una gran campaña publicitaria. La portada será la presentación del libro y debe de tener una cierta calidad y originalidad para resultar atractiva. Si a esto se añaden buenas críticas de los primeros lectores, tal vez se esté ante un éxito de ventas independiente.

¿De dónde procede el queso gouda?

El Queso Gouda procede de los Países Bajos, concretamente lleva el nombre de la ciudad de Gouda. Pero hoy por hoy, esta denominación no se refiere solo al queso que viene de ese lugar, sino que sirve para todos los quesos de este tipo que se fabrican en cualquier lugar del mundo.

Dentro de los auténticos quesos gouda de los Países Bajos, existe no obstante uno con denominación de origen, el gouda de Holanda Septentrional que es famoso por su gran calidad, que lo diferencia del resto de los quesos holandeses del mismo estilo.

Se trata de un queso que es semiduro y que solo necesita tres semanas de curación para estar en su punto, aunque se recomienda esperar cinco semanas para que esté en su mejor momento. Los quesos más jóvenes son los que se utilizan para el formato barra y se venden en lonchas para bocadillos. Como son quesos semigrasos que se funden muy bien con el resto de los fiambres, tienen mucho éxito tanto para tomar solos como con jamón o para calentar en sándwiches a la plancha.

Los quesos más curados se venden en cuñas y, como cualquier queso que se precie, marida muy bien con un buen vaso de vino para disfrutar todavía más de sus aromas y de sus características notas de sabor.

Su sabor es dulce, pero si se deja madurar más tiempo puede llegar a tener un cierto gusto amargo que muchos aprecian. Deja en el paladar un cierto regusto a nuez, lo que ha hecho que también se comercialice con nueces, siendo un delicioso manjar.

Existen también variedades de gouda con finas hierbas y con especias para darle diferentes gustos. Es uno de los quesos más consumidos en Europa y también es muy conocido en Sudamérica, sobre todo en países como Venezuela donde el llamado queso amarillo goza de un gran éxito.

El gouda no es un queso caro en general, aunque puede aumentar su precio si se compra con denominación de origen. Por eso también se ha hecho muy popular. Las versiones con poca madurez se utilizan mucho en la cocina ya que como hemos dicho tiene un sabor suave y funde con mucha facilidad.

Con el gouda se cocinan tortillas, croquetas de queso, pizzas, pasta, empanados y un largo etcétera, ya que su sabor combina perfectamente con todo sin restarle protagonismo al resto de los ingredientes.

Sentirse a gusto en el dentista

Supongo que a nadie le gusta ir al dentista pero es una de esas cosas que hay que hacer, una vez al año como mínimo ¿no? El caso es que yo he ido a cuatro dentistas en el último año y pico: cuatro diferentes. ¿Y por qué tantos? Porque no encontraba uno que me convenciera. Soy muy aprensivo y lo de que alguien me hurgue en la boca no lo llevo nada bien.

Me ha pasado de todo en un dentista: desde aquella que me dice a la hora de terminar que se le olvidó ponerme anestesia, hasta el que se pone a hablar por teléfono en mitad de una intervención. No sé si he tenido mala suerte (supongo que sí) pero les he cogido un poco de manía: razones no me faltan.

Si es que hasta las salas de espera me ponen de los nervios: siempre tan angostas y poco amables. Por eso cuando entré en aquel dentista nuevo en el barrio, algo cambió con tan solo cruzar la puerta. En vez de tener una decoración anodina típica de salas de espera, tenía su propia personalidad: con paneles japoneses y muchos detalles que hacen referencia a la cultura oriental. Cuando te sientas a esperar allí no tienen la sensación de estar en un dentista y eso ya es de valorar.

Pero lo importante, claro está, es el tratamiento: y todo el personal liderado por la odontóloga es muy amable, sin ser excesivamente serviciales: el punto justo para tratar a un cliente en una situación de este tipo. Yo llevaba tiempo con un problema en una muela que no acaba de solucionar y me propusieron un plan de actuación que finalmente fue el indicado.

Cuando cogí un poco de confianza con la dentista le pregunté por la originalidad de la decoración del local, con sus paneles japoneses y todo el aspecto oriental: me dijo que, en realidad, nunca había estado en Japón, pero que un amigo suyo se lo había recomendado para dar un toque distintivo al espacio. Sentí un poco de decepción al principio, pero qué importa: la cuestión es que he encontrado a mi dentista… por fin.

Focos para exterior, acierta en tu elección

Comprar Focos online puede ser la mejor opción si quieres adquirir focos para el exterior de tu vivienda. La compra online te va a permitir adquirirlos de una manera muy relajada, mirándolos con cuidado y comparando todas sus características. Algo que en una tienda física podrías intentar hacer, pero que raramente se consigue porque tener a un dependiente observándote hace que se sienta una presión por comprar rápido que puede llevar fácilmente al error.

Lo primero que tienes que decidir es dónde vas a colocar los focos. Si tienes un pequeño jardín y lo que te apetece es iluminar el camino de la entrada para poder pasar con mayor comodidad, entonces puedes elegir entre unos empotrables para el suelo, que te marcarán discretamente el camino, o unas balizas decorativas para situar a ambos lados del camino.

Si lo que quieres es tener una iluminación más poderosa porque tienes un terreno de gran tamaño y quieres poder cenar con tus amigos o pasar una velada veraniega con buena visibilidad, necesitarás apliques para poner en la fachada de la casa y, tal vez, también algunas farolas de exterior para iluminar las zonas de jardín que queden más a desmano.

Pero si tu intención es que tu casa esté segura por la noche independientemente del tamaño de tu jardín puede ser una buena idea instalar focos con sensor de movimiento. Algunos incluso cuentan con alarma para que también emitan sonido y así advertir de la presencia de cualquier persona que entre en la propiedad fuera de horas, una vez que ya está la familia en casa.

Los focos con detección de presencia son también perfectos para colocar en el garaje, cuando o en lugares como la lavandería para que se enciendan al entrar sin tener que bajarse del coche o soltar la cesta de la colada para pulsar un interruptor.

Lo que todos los focos de exterior tienen en común es que deben de llevar luces LED, que son las que duran mucho más tiempo y consumen menos energía. Esto hace que sean ideales si se quiere tener luz durante toda la noche porque nos hace sentir más seguros. Así, no habrá que pagar una gran factura por tener esta tranquilidad. También son perfectas estas luces para colocar en puntos de difícil acceso ya que las LED duran muchísimas horas y no hay que cambiarlas con frecuencia.

El esófago, una zona delicada que hay que cuidar

El esófago es el conducto que une la faringe con el estómago. Es una zona muy delicada porque aunque está en contacto con el estómago y solo los separa una válvula, no tiene las protecciones contra los ácidos intestinales que sí tiene el estómago.

Por este motivo hay que tener mucho cuidado para que este órgano no acabe con problemas que pueden derivar en un adenocarcinoma esofago. Y uno de los principales problemas a combatir es la acidez estomacal.

Todos tenemos acidez de estómago en alguna ocasión, es cierto, pero el problema surge cuando esta acidez es frecuente. Como hemos dicho, el esófago no tiene la protección que tiene el estómago contra los ácidos por lo que estos pueden acabar creando pequeñas úlceras en sus paredes.

Si no se frena a tiempo la acidez de estómago, las úlceras pueden aumentar, hacerse más profundas y acabar degenerando en un cáncer en el esófago. Por tanto, aunque parezca un problema menor, la acidez y los reflujos deben de tratarse para evitar males mayores en el futuro y garantizarse un esófago sano y sin dolores ni molestias.

Hay que jugar esta baza de la prevención porque el cáncer de esófago en sí mismo es asintomático en sus primeras fases, por lo que una vez que se contrae normalmente la persona no se entera de que lo padece hasta que ya está en un estadio 3 o incluso 4. Esto hace que en muchos casos ya hay metástasis o la enfermedad esté tan avanzada que no sea posible operar.

Toda la comida pasa por el esófago y también la bebida. Por eso la dieta es fundamental para el cuidado de esta parte tan importante del aparato digestivo. Las comidas excesivamente picantes o el alcohol de manera habitual pueden acabar causando irritaciones en el esófago y desencadenando úlceras. El tabaco también influye de manera directa en el esófago ya que parte del humo de los cigarrillos va por el tracto digestivo hasta el estómago.

Pero ¿qué hacer cuando ya se tiene acidez de estómago? Si esta es ocasional bastará con tomarse un antiácido para combatirla, pero si vemos que se presenta de forma habitual hay que acudir al médico para que encuentre la causa, que a veces está en que la válvula que separa esófago y estómago no funciona correctamente y no cierra de manera hermética impidiendo los reflujos.

Los mejores guías de la ciudad

Nunca había sido un gran estudiante en la Universidad así que nadie confiaba realmente en que Alberto fuera ha ‘lograrse’. Pero un día nos comentó de pasada que estaba haciendo un curso de especialización de guía cultural. Era un curso no oficial pero con un montón de horas de duración que le tuvo ocupado más de un año. Lo bueno de aquel curso es que, tras terminarlo, los alumnos hacían prácticas en una empresa.

Alberto aprovechó muy bien sus prácticas y llamó la atención de su jefe que no dudó en hacerle un contrato en prácticas tras terminar el convenio: empezaría a cobrar (casi) como un trabajador normal. Fue ahí cuando nos dimos cuenta de que Alberto no iba tan mal encaminado laboralmente: al contrario, muchos de nosotros empezamos a envidiarle.

Todo eso sucedió ya hace casi diez años y en todo este tiempo el chaval ha seguido su ascenso imparable en el sector. Tras cuatro años en la empresa en la que empezó, su jefe decidió dejarlo. Buscó asesoramiento venta empresas y la puso en el mercado. Alberto, con ayuda de sus padres, decidió comprarla y rápidamente llegó a un acuerdo con su ya exjefe que le consideró la persona idónea para seguir con el negocio.

Y es que Alberto tiene dos cosas ideales para su trabajo: su facilidad para los idiomas y su desparpajo. Cuando no sabe algo, lo suple con alguna historia que se saca de la manga y hace las delicias de los turistas de los grupos.

Pero después de que su jefe buscara asesoramiento venta empresas y él la comprara se encontró con un problema: debía aprender a gestionar una empresa y le faltaba mucha formación. Durante el primer año de cambio de titularidad en la empresa, muchos temimos que el negocio se fuera a pique porque Alberto parecía realmente superado por los acontecimientos, pero de nuevo con tesón y algo de improvisación muy suya, terminó por dominar la situación.

Hoy es director de una de las empresas de guías más importante de la ciudad: rara vez ya se ocupa de las guías y se dedica casi en exclusiva a la gestión. ¡Quién lo iba a decir!

4 Consejos para no perder las llaves

Perdemos las llaves con relativa facilidad y es algo que podríamos evitar fácilmente. Por eso, aquí van algunos consejos básicos para que al llegar a casa, podamos abrir la puerta sin tener que recurrir a un Cerrajero urgente en Bilbao 24h para que nos quite del apuro.

1) No las guardes en el mismo bolsillo que tu cartera. Es frecuente guardar las llaves junto a la cartera y, al sacar esta para pagar, arrastrarla sin querer y que se caigan. Si estamos en un lugar ruidoso es posible que no las escuchemos caer y nos vayamos dejándolas atrás sin que nos demos cuenta hasta llegar a casa.

Al no saber exactamente donde pudieron caer, nos veremos obligados a cambiar la cerradura por seguridad.

2) Usa un cierre de mosquetón para sujetarlas a tu cinturón. Una manera muy sencilla de evitar que las llaves se caigan cuando las llevamos en un bolsillo es utilizar un mosquetón para sujetarlas en una trabilla del cinturón o del pantalón. Además, existen modelos muy decorativos que quedan estupendamente  y que cumplen muy bien su función.

Con este truco no importa si se meten en el mismo bolsillo que la cartera porque si las llaves se resbalan quedarán colgadas y no se perderán.

3) Si las metes en el bolso, hazlo en un bolsillo con llave. A menudo, al guardar las llaves en un bolso las dejamos caer en el interior sin fijarnos demasiado de a dónde van a parar. Y puede ocurrir lo mismo que hemos visto con la cartera y el bolsillo, al sacar otra cosa del bolso las llaves pueden ir enredadas y caerse.

En un bolsillo con cremallera estarán totalmente seguras y no se engancharán con otras cosas. Además, será mucho más fácil encontrarlas al llegar a casa.

4) No las lleves en la mano. Te sorprendería saber la cantidad de personas que tiran a la basura las llaves de casa al tirar la bolsa al contenedor. La razón está en que bajan a la calle con las llaves en la mano o colgadas de un dedo y, con la misma mano, sujetan la bolsa. Al arrojarla, es fácil que las llaves vayan detrás.

Si el contenedor está lleno o es subterráneo será prácticamente imposible recuperarlas y, si bien no hay peligro de que nadie más las coja y las utilice, podemos tener un problema para volver a entrar en casa.